jueves, 29 de abril de 2010

Perdedores hermosos



Con mas de cien años de existencia, en éste deporte (el más hermoso del mundo), elegir libremente los colores de un equipo no es lo mas común. Siempre hay influencias, la ciudad, el barrio, unos amigos, el tío, etc., y por lo general, los colores se heredan. Salvo actos de rebeldía, procedentes de no haber disfrutado de la suficiente fuerza como para que el legado se genere, hay gente que se hace simpatizante del equipo de la contra, solo para fastidiar (para joder, vamos) a su padre, o familia en general.

Los colores que he heredado se mantienen, allá, del otro lado del Atlántico. Ya mayor, con varios años de fútbol en mis venas, los colores que elegí, acá, son los que (simpatía mayor o menor por ciertos jugadores, etc.) representan fehacientemente la filosofía futbolística que prefiero, que elijo, como amante de este deporte.

Resultados de lado, siempre es mejor ganar jugando bien, siempre es mejor perder jugando bien, o intentándolo, defendiendo una idea clara: la de crear el juego, no destruirlo. Pero es una elección, cada uno elige lo que puede.
Anoche estuve en el Camp Nou, la mejor odisea de todas para ver un partido (morir por conseguir una entrada durante varias semanas, no tenerla y trasladarme igual a otra ciudad, conseguirla a ultimo minuto, vivir un marco imponente, que salía de lo que era el estadio y se trasladaba a toda la ciudad, todo era fútbol ayer en Barcelona, las vidrieras de los negocios tenían banderas blaugranas, también los balcones de la ciudad, todo el mundo vivía el partido, los taxistas conducían con la camiseta del Barça puesta, la calle era una fiesta de futbol, y los del Inter, pululaban por diferentes zonas, poniéndole la pimienta necesaria a todo esto). Aventura aconsejable para todo amante de este deporte, lo volvería hacer, ni me lo tengo que pensar, volvería a vivir todas las sensaciones, minuto a minuto, también se puede elegir, esta vez, con los ojos cerrados.

El partido se presentaba difícil para el Barça y así lo fue, cuesta entender como puede haber gente que venere el sistema del Inter, que ya trascendía el catenaccio mas grotesco y acérrimo, el anti-fútbol consumaba su forma con las perdidas constantes de tiempo, tirando la pelota fuera, no queriendo el balón nunca, con detalles como el de Samuel Eto´o (si, el mismo 9 que en el Barça se llenó de gloria marcando goles de los mas importantes de las últimas competiciones) jugando de lateral izquierdo cerrado, donde la línea divisoria de la mitad de cancha era su horizonte más inaccesible. Lamentablemente este sistema (perdón, me cuesta llamarlo “fútbol”, creo que el fútbol es otra cosa, es un deporte tan perfecto, tan real, que permite que los indeseables también participen) tristemente, se han llevado el premio gordo, el pase a la final.

Es cierto, el Barcelona no esta en ese estado de gracia que estuvo la temporada pasada, también es cierto que es difícil mantener ese nivel de juego, y las semifinales tienden a ser las eliminatorias mas finas, las que se definen por lo mínimo, el año pasado el gol de Iniesta en Londres abrió la puerta a la final, ese gol llegó en el minuto 89, y como el sello necesario en cualquier tarea burocrática, certificó el pase a las 6 copas, al mejor Barça de la historia.
Ayer el Barça no pudo quebrar a tiempo al Inter, seguramente muchos jugadores no estén en su mejor momento, seguramente el equipo este falto de sorpresa, y delante, el peor enemigo para estas situaciones. Pero nunca dejó de buscar ganar el partido con la pelota al piso, nunca se rindió, y ahí nomás estuvo el milagro, ahí nomás. (Pronto se colgará el trapo en el Camp Nou que diga “Hoy tenemos que ser 11 Pique” lo de este pibe es algo monstruoso).
Cuesta hablar de injusticia sobre éste partido puntual, si podemos analizar un resultado final odioso desde el juego, desde el pésimo arbitraje de la ida (que condicionó la eliminatoria, obligando a un equipo a remontar heroicamente un 3 – 1 mentiroso, el típico arbitraje tendencioso y localista, no eran fallos eran aciertos de un ladrón, digno de un partido de barrio, no de semis de Champions), desde que el premio se lo lleva un equipo que no quiere jugar al deporte mas hermoso del mundo, sólo quiere el resultado final, levantar la copa y nada más, como si realmente eso fuera todo, como si no hubiéramos aprendido nada de nada. No hagan caso a mis palabras, esto no deja de ser sólo una elección, de todas maneras, a la larga, a la hora de revivir un partido, a la hora de recordar maravillosamente un equipo, en el mundo del deporte mas hermoso del mundo: siempre habrá alguna que otra plaza libre para los perdedores hermosos antes que para los bellacos resultadistas.

Y que el fútbol se quede tranquilo, que el Barça volverá muy pronto a tutearse con la victoria, no se puede ganar siempre, pero si se puede intentar crear siempre, a pesar de todo.