miércoles, 20 de julio de 2011

Se confirma que el fútbol es así

nota robada prestada de El Mundo Today | Deportes


A VECES SE GANA Y A VECES SE PIERDE

Se confirma que el fútbol es así

Publicado el 17 de noviembre de 2009 
Un estudio encargado por la Real Federación Española de Fútbol ha confirmado lo que muchos ya venían sospechando desde hace tiempo: el fútbol es así. La investigación, que ha contado con el apoyo económico del Ministerio de Cultura, matiza que “el deporte rey podría haber sido de otro modo, pero una vez se constata que es así, prueba tú a cambiarlo y verás cómo lo nota todo el mundo”, en palabras del sociólogo Armando Sicursiv, quien ha querido recalcar que del estudio “no se desprende que esté bien o mal que el fútbol sea así y, si a alguien no le parece bien, todo es hablarlo”.
Las conclusiones del informe, que se ha presentado esta mañana en una multitudinaria rueda de prensa, se han obtenido a partir de la observación de un gran número de partidos de fútbol. Cuando Sicursiv ha confesado que en casi todos estos partidos jugaba el Atlético de Madrid “porque yo soy colchonero”, algunos periodistas han criticado la metodología y se han sorprendido de que, tomando como referencia el equipo rojiblanco, se haya podido corroborar que en el fútbol a veces se gana y a veces se pierde, en vez de constatar únicamente lo segundo. “La sociología también es así”, ha argumentado el experto, “y hay estudios que lo confirman”.
Finalmente, y como dato accesorio, Armando Sicursiv ha revelado que, en el transcurso de la investigación, ha podido demostrar “que a mi mujer no hay quien la aguante”.

lunes, 18 de julio de 2011

Ilusiones ópticas

(el siguiente relato fue escrito antes del partido entre Paraguay y Brasil, cualquier semejanza en el desarrollo de este con el primer párrafo de la siguiente crónica son mera coincidencia)



En el fútbol, la estadística tiene una influencia indirecta; tener la mayor posesión no siempre se traduce en peligro, contar con más corners que el rival no significa haberlo doblegado más veces; haber rematado más no garantiza marcar, y mucho menos la victoria. La estadística en el fútbol tiene importancia, si, siempre y cuando se plasme efectivamente en el desarrollo del juego. En otros deportes  contar con cifras mejores o peores que el adversario actúa directamente en el resultado; por ejemplo, recibir el doble de remates que el rival aseguraría el sometimiento ante la derrota definitiva, tal vez por esto el fútbol esconde esa brujería que nos sigue confundiendo en que no siempre jugar bien da la victoria; y los ojos,  ilusión óptica mediante, vuelven caer en la trampa al asentir ese dudoso axioma; otra razón para considerarlo el deporte más hermoso del mundo.
Si en el partido de ayer entre Argentina y Uruguay por los cuartos de final de la Copa América la estadística hubiese influido como lo hace en el tenis, el equipo argentino no hubiera necesitado de los penales para quedar eliminado. Uruguay, un equipo concreto que sabe que hacer dentro del campo, se las ingenió para incomodar a la selección nacional, la cual, ya era presa de sus propias limitaciones al intentar desarrollar un juego asociado,  o en la nula solidez defensiva, etc. si el partido de ayer era de tenis, Argentina presentaría unos datos alarmante de errores no forzados, basto argumento para quedar excluida de la copa en los noventa minutos.
Da igual la cantidad de buenos o excelentes jugadores que un seleccionado esparza sobre el campo de juego, ninguna individualidad asegurará el éxito, ningún proyecto a futuro puede basarse en la premisa de “los buenos jugadores”, el fútbol fue, es y será un juego de equipo, sin la práctica en conjunto, sin las asociaciones, sin la dinámica funcionando colectivamente, sin una idea que se extienda en la búsqueda de la homogeneidad, difícilmente se logren los objetivos, porque como ayer, Argentina pudo ganar el partido, si, por esas cosas del fútbol, contó con posibilidades, pero nunca dio buenas sensaciones, nunca llegó a ser un equipo, y el rival, perro viejo, con sus barreras individuales usó la unión y el trabajo, multiplicando sus aptitudes; cada jugador tenía una función en el campo de juego, la sabía, y estaba encomendada a ella, Argentina en cambio era lo que Messi (el mejor de todos) podía hacer, todo lo generado recaía en el crack, no por abnegación, más bien por falta de compañeros que logren seguir y juntarse para el juego; no por que Messi sea el encargado de las acciones redentoras que sacarán de los raquíticos últimos 20 años sin títulos al fútbol argentino, más bien se debe a una falta de plan a desarrollar. Me gusta creer que esto ha sido un tropiezo, que las limitaciones son hijas del comienzo de un equipo del cual sólo se tiene el boceto, un bosquejo apurado por la ansiedad y la falta de comprensión que reina en la prensa y la sociedad argentina, al fin y al cabo, no están separados los tantos, y el seleccionado no podrá jamás estar exento de esta manera de vivir; llena de vértigo, encono, e incapaz de pararse a comprender al prójimo o a lo que sea.
La selección necesita de un proyecto, el cachetazo copero tendrá que servir para hacer autocritica, la cual se tiene que dejar ver en los próximos partidos (difícilmente se llegue a vislumbrar en una conferencia de prensa post encuentro, nadie cortará cabezas en esas situaciones tan calientes, ya vivimos esos años, algo hemos aprendido). Que el boceto encuentre una idea, que la idea forje un equipo, que el equipo vaya puliendo a los mejores jugadores para implementar la imagen buscada. Sin dudas la copa dejó mal parado no sólo al técnico y su plan de viaje, sino que también, por cuestiones físicas o simplemente desprovistos del escalafón requerido, a varios jugadores del equipo titular, sobre todo, en lo que a la defensa describe; huérfanos de un sistema defensivo que se deje reconocer, se apeló (como muchas veces se hizo en el sector ofensivo) a hacinar defensores los cuales muchos de ellos no son ni la mitad de lo que supieron ser, y sin un procedimiento estratégico que los ampare, quedan desguarnecidos, haciendo de sus errores una patología en su juego y una condena para el equipo; volvemos a lo mismo, hay que comenzar un proceso, concebir un planteamiento, poder decir “ok, la selección juega a esto, la reconozco, perderá, ganará, pero sé de qué va la cosa” esto no pasa, y para que pase, hay que laburarlo con esfuerzo y cabeza, de esta manera, en la próxima competición del equipo nacional, los amantes del fútbol disfrutaremos de lo que Messi puede aportar al equipo y no de lo que tiene que hacer para salvarlo; los caminos pueden ser muchos, pero el punto de partida sigue siendo el mismo: un proyecto. Tal vez esta también sea la manera de lograr que lo extraordinario sea, por fin, lo que pasa dentro del campo y no apuntillar a los jugadores que no les interese entonar ciertos versos de guerra, o que no se de tanta cabida a los que insisten en revelar testimonios populistas para la plebe ansiada de humo; no nos olvidemos, lo sustancial en el fútbol sigue pasando dentro del terreno de juego, y para ser importantes en él, hay que saber jugarlo como lo que es: una dinámica aplicada al juego de equipo, Nada te asegura la victoria, ganar nunca es fácil, pero si hay que disponer de un conjunto apto y un plan refinado para competir. 

jueves, 7 de julio de 2011

Juego apurado; volamos a ningún lado





Otro empate, otra desilusión, distintos rivales, mismos síntomas, la Selección Argentina volvió a empatar en su segundo encuentro de la Copa América y la calculadora ya no está exenta para lograr la clasificación, ya no depende de sí misma, y si bien se trata de un equipo plagado de gente con vasta experiencia en todas las situaciones que el fútbol puede presentar, si es cierto que sus propios conflictos lo empujaron hasta este lugar, sin necesidad alguna.
Luego del partido con Bolivia el seleccionado quedó en deuda, principalmente, consigo mismo, ya que lo demostrado hasta antes del inicio de la Copa, con el equipo titular, intentaba plasmar una idea, con sus impurezas y mecanismos mejorables, pero había una identidad que proyectaba un fin; juego colectivo, explotar a su máxima figura, intentar trazar similitudes con el mejor equipo de todos (el Fútbol Club Barcelona), etc. Llegó el partido con Bolivia y la sensación fue que se retrocedió a tiempos Maradonianos pero como DT, a esas oscuras noches de eliminatorias, se prometió un cambio para el partido con Colombia, el desenlace lo ameritaba porque nada de lo planteado hasta entonces se estaba dando y sus intérpretes ya ni aburrían por sonar en Sol mayor, directamente, desafinaban.  Batista para el 2do partido planteó un cambio, casi intrascendente, más aún en lo que fue el desarrollo del encuentro con Colombia; entró Zabaleta de lateral derecho, Zanetti pasó a jugar a la banda izquierda, ambos lugares, nunca se explotaron con claridad.
Se sabe que en el fútbol sudamericano, y más cuando es por los puntos (Copa América o Eliminatorias) los partidos resultan ásperos, sin espacios, con marcajes al límite, con rivales que al verse menores (pero no sintiéndose inferiores) logran planteos casi exclusivos para tal partido o tal otro (Mou no inventó nada) y Colombia con Bolillo Gómez lo hizo ayer, jugó un muy buen partido el equipo colombiano,  poniendo mayor intensidad en el centro del campo, lugar donde se gesta todo y donde Argentina nunca hizo pie, saliendo rápido de contra, convirtiendo a Romero en figura,  si ayer ganaba Colombia, la única sorpresa recaería en la total indiferencia en el juego de la Selección, una vez más.
El cuerpo técnico argentino padece el peor de los síntomas: está apurado, esto hace que sus decisiones carezcan de sentido común, cometen errores, no de principiantes, pero sí que se mostraban hace 30 años, el ejemplo más claro de esta angustia galopante es el final del partido de ayer, acumulando delanteros, todos estrellas, uno más que otro, y generando apenas peligro, por atropellada; no sé genera más peligro por apilar atacantes, entonces  ¿falta de sentido común? Sí, pero esta privación no es ignorada, sino que no es conseguida, la ansiedad genera presión y se actúa ahogado, mirando el reloj, no en el futuro; olvidándose de un proyecto, de una idea. La Selección no genera espacios, no rota, ni se desmarca, hace un juego estático que no logra anticiparse a ninguna jugada, tampoco genera sorpresa, las bandas no las utiliza y los encargados de distribuir el juego erran pases claros, sus receptores no se mueven, y los pases que no erran los hacen mal, cuando la jugada pide un toque corto, es largo y exigen a su destinatario, cuando debe ser un pase a un metro para que el recibidor en velocidad pueda desprenderse; el pase es atrás, cuando éste tiene que ser un toque atrás, la pelota va 2 metros más adelante, así es muy difícil.
La intranquilidad del banco argentino recae de manera explícita en el equipo, la selección no tiene juego asociado, y está apurada, mas corren los minutos, más aislado queda Messi, más pelotas pierden los defensores, más le patean a Romero, más se angustia el equipo. Ayer la lógica pedía asociar a gente como Pastore y Di Maria con Messi, no es que sepan más, es tan sólo que le pueden dar algo diferente a este equipo, o por lo menos intentarlo, pero sin dudas, que si los niveles de ansiedad no descienden difícilmente esto funcione, en el fútbol no hay una fórmula mágica que te haga ganar los partidos, lo que entrega ese resultado son los proyectos, la apuesta por una idea y su implementación, la famosa frase “jugando así se van a ganar muchos más partidos que los que se perderán” es el claro ejemplo de lo que es un proyecto, hoy por hoy Argentina está en las antípodas de esa definición.
Messi es el mejor jugador del mundo, y casi con seguridad lo siga siendo después de la Copa y por mucho tiempo, nadie niega sus condiciones y a la frase de Bilardo “Messi todavía no se dio cuenta de lo que es”, creo que habría que aplicarla al cuerpo técnico y a gran parte del pueblo argentino; todavía no nos dimos cuenta de lo que es, porque si bien esto no es tenis, sino un juego de equipo, sería de necios no intentar explotarlo al máximo, crear las condiciones para que el innegable mejor jugador de todos pueda sentirse cómodo y detonar, pero esta situación, la que hablábamos, lo ofusca hasta a él, lo aleja, porque es eso, queda separado de todos, en juego y en ideas. Espero que la Argentina pueda explotar su potencial de la manera más clara y con el mayor sentido común posible, así sus integrantes (todos buenos, uno exageradamente) puedan ser felices y divertirse jugando.

Otra consecuencia de los apuros de esta Selección es la dependencia a contentar a una afición más preocupada por resaltar flaquezas, por solicitar codiciosamente jugadores “del pueblo”, o por exacerbar los rendimientos que tienen los jugadores en sus clubes y no en el Seleccionado; se pide sin discernir en un plan, la afición no parte del punto de sentir orgullo por sus jugadores y luego exigirles, sino que es al revés, repelen de su rendimiento en Europa y los tantean esperando a que resbalen para poder escupir la frase “vieron? No juegan igual que allá, no quieren a la Selección”, deduzco que gran responsabilidad de esta patología se establece en la populista y vergonzosa prensa (deportiva también) Argentina, no todos, claro está, hay periodistas y muy buenos, pero ya sabemos cómo funciona esto dentro del sistema.  Lo trágico es que el DT y sus ayudantes caigan tan deprisa en este juego de mentes; sería muy bueno una afición que exija un proyecto, un juego asociado, y no nombres, pero esto no es mayoría, por eso existe el DT para que tome estas decisiones, para que no le tiemble el pulso cuando tiene que desarrollar un proyecto, una idea, y no patear el tablero a las primeras de cambio porque la gente pide a tal o tal otro jugador; hay que luchar por la construcción de una identidad en el juego, y ser fuertes mentalmente en esto para lograr en camino, no cegarse, tener paciencia. Las últimas desventuras demostraron – por si había dudas - que ese no era el rumbo, tropezar otra vez con la inmensa roca tan pronto es más que preocupante. Los intérpretes para llevar a cabo una buena obra están ahí, todos, los tenemos, una generación de jugadores exquisitos,  exitosos y de los cuales nadie debería negar su categoría y capacidad de compromiso, Batista tiene que lograr ordenarlos, gestionarlos y explotarlos, dudo que sea fácil,  pero más difícil y lamentable es perder tan velozmente el plan por nada, busquemos el proyecto a largo plazo, una idea que se base en el juego asociado, en el desmarque y en la explosión, tenemos a los mejores para hacerlo, no nos compliquemos tanto la vida, no pensemos mirando el reloj y con la calculadora en la mano, pensemos en fútbol, seguro que se puede.

sábado, 7 de mayo de 2011

La final es de fútbol

Notar como el relator de TVE se quiere matar

Se fueron, ya pasaron, polémicas detrás, los clásicos del fútbol español transportados a todas las competencias son parte del recuerdo, reciente sí, pero recuerdo al fin.  Tal vez los más significativos, por trascendencia mundial y futbolística fueron los dos últimos, los de la Liga de Campeones. La Champions los citaba ya desgastados, y el primer derbi en el Bernabeu sacó los colores más de uno que de otro. Allá en la ida, el Barcelona planteó su partido, el del control, toque, fútbol y esperar la oportunidad de rematar esa posesión infinita. Mourinho erró el plan, creyó que un empate a cero en su campo era buen resultado (fueron sus palabras en la incendiable conferencia de prensa post partido, en la cual, el que sufrió quemaduras de 3er grado fue él y su equipo) y ahí perdió gran parte de la posibilidad de pasar de ronda, a la final, tan ansiada.  El Barça hizo su juego, el Madrid jugó al límite, con Pepe como punzón de su expresión, y se sabe que abusar de los márgenes que impone un reglamento, traspasándolos, puede ocurrir que la ley (a veces pasota para ciertos equipos) termine actuando, algo que tal vez en el Real Madrid no estén muy acostumbrados a padecer, pero que es tan legitimo como un reglamento básico de fútbol; el que pega con temeridad será sancionado. Pepe fue la punta del Iceberg, pero Mou lo hizo.  Su equipo quedo con diez (merecidamente, no vamos a darle muchas más vueltas a un planchazo de roja directa, que es lo que fue) y ahí el Madrid enfatizó su planteo protector, de equipo pequeño, la pasividad del que se siente menos que otro pero que nunca reconocerá sus defectos. El Barça se inspiró, Xavi comenzó a darle más ritmo al medio campo, Messi asustaba a todo el aparato blanco, Afellay le imprimió vértigo a Marcelo (Ángel Sánchez le diría “te desbordan todos, Marcelo” ) centro perfecto y un rayo llamado Messi se iluminó y desapareció, el trueno, como suele pasar, llegó segundos después, lo escuchó Casillas y Ramos, los más cercanos a todo lo ocurrido, el ruido fue el gol, el Barça ya sacaba ventaja y la eliminatoria se ponía de cara. 
 

El partido moría, el Barça gestionaba y  el Madrid se hacía  cada vez más pequeño, Messi, como una bestia en la jungla, olfateó el miedo merengue, y encaró, sabía de las distracciones, de jugadores blancos al borde de la sanción, no dudo de esto; lo supo todo, y aceleró, pasó a uno, los demás dudaron en hacer falta o dejar que lo frene su próxima víctima, pero ya era tarde, dudar con Messi en carrera es dejar librado al azar demasiadas cosas, es aventurarse al error de un tipo que no suele fallar, y no falló.  Gol antológico, de esos que se recordaran siempre, 0 – 2 en el Bernabeu, a falta de 3 minutos, la eliminatoria se ponía a tiro para el equipo Culé, ¿el Madrid? Optó por acomodarse en las palabras de su técnico, tratando de inventar una supuesta trama contra su equipo, a favor del Barça, argumento que no conocía sustento alguno, pero que se apoyaba en las palabras de Mourinho y en la transmisión de estos por parte de los jugadores merengues y de la tristemente célebre “central lechera” (Marca, As, Cope, Intereconomia, TeleMadrid, etc.), nunca hablará de sus limitaciones que son las de su equipo, de sus planteos que hacen sentir a sus propios jugadores menos que el rival.

La vuelta en el Camp Nou descansaba en dos pilares; uno, si el Barça sería capaz de gestionar la renta de la ida, el otro, si el Madrid reaccionaría, obligado a hacerlo, y con qué argumentos. Lo cierto es que fue un partido muy intenso, bajo una tremenda lluvia, el Madrid salió con ganas, a llevarse por delante al Barcelona, presionando bien arriba, y con Kaka, Higuaín y Albiol como novedades (por Kherida y los suspendidos Pepe y Sergio Ramos) los cambios (sobre todo los ofensivos) no dieron demasiado fondo al Madrid, es más, pasado los primeros 15 minutos donde incomodó al Barça, impidiéndole hacer su juego pero sin atacarlo demasiado, el Madrid se enfrió y Xavi, Iniesta y Messi comenzaron a tener el balón, generaron juego, y le vieron varias veces la cara a Casillas, el portero del Madrid salvó a su equipo en varias ocasiones en lo que pudo haber sido la temprana despedida.  La 2da parte comenzó igual que la primera, el Madrid se fue arriba, presionando en la salida del Barcelona, pero no generó demasiado peligro, el equipo de Mourinho volvió a tomar la postura de la indignación por un supuesto gol de Higuaín anulado; lo indiscutible es que en esta jugada tan protestada post partido por el equipo blanco, y que se pita falta de Ronaldo a Mascherano (pudo haber sido falta anterior de Pique al portugués, luego este cae encima de Mascherano impidiéndole llegar a la pelota) la acción había sido anulada antes de que la pelota llegue al delantero del Madrid, a Higuain, el árbitro no esperó a que reciba y rematara, con lo que – y por favor, haber si alguno se lee el reglamento – no se le anula un gol al Madrid, se sanciona una falta anterior. Cualquiera que haya visto alguna vez un partido de fútbol sabe que jugadas como estas hay miles por partido, de todas maneras, nada nos exime del llanto blanco, latosa y engañada forma de no ver la realidad de toda la eliminatoria.

Luego en otra jugada para el recuerdo Pedro marcó el tanto del Barcelona; la comienza Valdez (el primer atacante blaugrana) con un toque sutil de primera que es un pase de 20 metros a Alves, la pelota pasa por encima de Xavi Alonso que ya quedaba descolgado y debía recular, Alves se fue, pasó mitad del campo y abrió a la otra banda para Iniesta, el hombre que pone pausa y estilo a este equipo, avanzó unos metros y autorizó (no pasa, faculta) a Pedro, en el medio Messi imanta a 3 defensas sin tocar el balón, Pedro espectral; se materializa frente a Casillas, el desmarque fue de manual,  perfecto, y como siempre, define a un palo, ajustado remate que  precintaba la eliminatoria, faltaba alrededor de media hora para que el sueño de Wembley se concrete.  Marcelo, tras una jugada individual de Di Maria (con Casillas, lo único potable del Madrid en estos clásicos de Champions) que remata al poste, haciéndose con el revote centra a Marcelo que empuja a la red el empate que decoró el resultado.
El Barcelona hizo lo que para muchos es complicado, pero innato para este equipo, casi privativo; jugar a la pelota con la pelota. Esta simpleza dejó en evidencia las carencias de un equipo de más de 500 millones de euros,  que sale a defenderse por dos factores claves, no contrapuestos: primero, el terrible síndrome de inferioridad que corre por las venas del equipo de Charmartin cada vez que se enfrenta al Barça, segundo, y como consecuencia, su maquiavélico técnico insufle el pragmatismo del mártir, para poder cruzar el límite de lo permitido dentro y fuera del campo, usando esta condición como coartada que lo exime de demostrar con conceptos sobre lo que realmente trata todo esto; un deporte y nada más. Pero Mourinho y sus sequitos prefieren ofuscarse en confabulaciones kafkianas para perjudicar al Madrid. Lo malo de ser un mal perdedor no es el cuadro que declara hacia los demás, sino las limitaciones propias que se vuelven patológicas e impiden poder superar las circunstancias planteadas. Mou y los suyos deberán aprender a convivir con este fantasma, o tal vez se trate de algo natural, casi congénito, para ellos.

El Barcelona, Guardiola y los suyos, después de la final de copa entendieron que para poder superar a un equipo que lleva la negación de la pelota como estandarte, para lograr rehacerse de la falta de gol que padecían los delanteros del culé,  habría que sitiar el balón desde atrás, imponiendo una dictadura basada en el bloque del equipo; defenderse con la pelota pero a lo exagerado, que el vértigo no sea precipitación, la araña blaugrana tejió, tejió y no paró de tejer, mató al Madrid desde la impotencia (el Real Madrid registró sólo dos remates al arco en 180 minutos de juego), sin dudas la mayor virtud del Barça, en esta eliminatoria, fue la paciencia.
La final del 28 de mayo en Wembley será distinta a todo lo vivido, frente al Barça habrá un verdadero equipazo, aceitado como el Blaugrana, con tanta hambre de gloria como este, nada menos que el Manchester United, para muchos será la revancha de hace dos años, para otros una nueva posibilidad de ganar el título continental más importante, lo que es seguro, es que será un partidazo entre dos equipos que juegan al fútbol sin mártires y con la pelota.

viernes, 22 de abril de 2011

Las fronteras de una idea


Cuando llegó el pitido final se plasmó lo sospechado, Mourinho había encontrado la manera de sitiar, inmovilizar y desbaratar el juego del Barcelona, una vez más un equipo dirigido por el portugués lograba apoderarse del verbo en el juego, relegando al equipo culé al adjetivo.
Estratega como pocos, los equipos de Mourinho saben fortalecerse desde las debilidades del rival, y machacan sus riñones como si de un boxeador se tratara, a diferencia del partido del sábado el Real Madrid se paró 20 metros más adelantado en el campo de juego intentando cortar de cuajo la salida primero y el juego entre líneas después; desnaturalizar la circulación de la pelota del Barça, y vaya si lo logró, tanto, que en los primeros cuarenta y cinco minutos pudimos ver a un Madrid lanzado hacia delante, malogrando situaciones de claro peligro y reduciendo al Barça a un síntoma de sus propias limitaciones.
Se sabe, en el fútbol como en cualquier hecho de la vida, es más fácil destruir que crear, desde este concepto estallan los equipos de Mourinho, resultadista por antonomasia, conoce sus puntos fuertes y bloquea al rival para luego lo dicho; explotar en ataque, con un juego directo, con jugadores armonizados tanto para una cosa como para otra. Dos líneas de 4 muy pegadas donde el primer punta es el primero que presiona en la salida y los posibles receptores son aislados por diferentes marcadores, desmarcándose un jugador para obtener el balón, este, siempre tendrá otro perro de presa encima y, de lograr girarse, se suelta un jugador del sistema de los medios defensivos para oprimir y despojar el juego; las ayudas son todos sus jugadores. Acto seguido, perdida de pelota del rival y posesión, la cual es tan efímera como eficaz; con tres toques o pases de balón ya se genera una situación de peligro, teniendo en cuenta que frente hay un rival adelantado, que defiende casi en la línea del mediocampo, como un vendaval imprime vértigo en cada ataque.
Así fue la primera parte de la final de copa, en el segundo tiempo el partido cambió, el Barça sabía que había salido vivo y que se debía a si mismo hacer algo más, con lo que comenzaron a aparecer los diferentes autores de su juego, con Messi e Iniesta como abanderados de la rebelión, y comenzaron a llegar las situaciones, siempre incomodas y difíciles de resolver contra un rival tan ordenado en lo que se basa su juego. Arriesgando en atacar y no defender, el Barça apostó, y tuvo varias ocasiones para marcar, como el Madrid en la primera parte, malogró sus situaciones, pero a diferencia de este, comenzaba a monopolizar el juego, la esencia de este equipo, podrá ganar, perder o empatar, pero siempre lo hará en su ley,  es cierto, el cómo es subjetivo, mientras que no se salga del reglamento cualquier sistema es válido.  El Madrid sintió el desgaste, para lograr su planteo fundamentado en la creación de un muro que custodia y auxilia la carrera que obliga a pasar la mayor parte del tiempo detrás de la pelota, se requiere un estado físico descomunal, y tras el desgaste (también psicológico) los espacios se generan, ese fue el momento del Barça, el cual no pudo rematar, y luego en la prórroga, aunque ya en el partido hubiera pasado lo mismo, el que se equivocaba perdía, y se equivocó el Barça.
El merito del Madrid fue poder igualar con su propio engranaje el juego del Barça, busco otros caminos basándose en el pragmatismo de anular y atacar; para gustos, colores.  El déficit del Barcelona es lo ya expuesto otras veces, da la sensación que para abrir la puerta y salir a jugar su juego hay que estar exuberante, cada día me convenzo más que la mejor expresión de lo que es el mejor equipo de la historia (como idea e implementación) se irá con estos jugadores, con su base, y que cuando estos no encuentren su nivel tampoco podrá implementarse. Es cierto, nadie es irremplazable, pero si tal vez en la idea, la propiedad podrá estar siempre, con estos u otros nombres, pero la representación idílica no se alcanzará.  Para jugar el fútbol que propone el Barcelona se requiere concentración y preparación total, ser parte de una sola manera de competir. Es cierto que, a diferencia de otros años, este equipo encuentra en su sistema defensivo una solidez pocas veces antes lograda, en un equipo que ataca continuamente los espacios y distracciones pueden pagarse muy caros, sumando las continuas bajas que sufre el equipo culé de mitad de campo hacia atrás, podría resentirse mucho más y es algo que no ocurre, los jugadores con mejor presente se encuentran hoy mismo en la defensa, Adriano (lesionado, que se pierde el resto de temporada) y Mascherano (comodín del primer mundo) son la realidad de este alto nivel defensivo, con Pique como káiser y emblema de la zaga, pero el Barça se diluye en ataque, todo queda reducido a lo que Messi pueda llegar a hacer. Pelota contra el piso que va y viene, las internadas de Alves,  las diagonales y pases quirúrgicos de Iniesta y Xavi, no encuentran desenlace si no es con Messi, Pedro vuelve de una lesión y su desgaste en las ayudas para presionar lo dejan sin resto para saber resolver en ataque, Villa pasó de errar los goles a la entelequia, su sombra lo eclipsó, desconozco si es una cuestión de confianza, pero es un jugador aislado, no participante en el equipo donde todos participan.  Las consecuencias de este ataque raquítico hacen que el juego omnipresente del Barcelona se vuelva obsoleto, ante equipos que tan bien se cierran atrás, que hacen perfectamente las coberturas y cortan su juego entre líneas, su ataque se aminora a la expresión del mejor jugador del mundo. Con estas flaquezas se notan otras, una plantilla enana, el Barça no tiene recambio de jugadores en ataque, son los que entran al campo de juego, no hay más, más aún con Bojan lesionado, el cual ya era bastante poco para un equipo que pelea hasta el final los títulos más importantes de la temporada. Que carezca de plan B es discutible porque capaz que no lo necesite, su plan A enfrasca diversas formas de llegar al mismo fin, con las características de su naturaleza nunca tirarán un pelotazo de 40 metros a un nueve para que pivoté o peine la pelota al segundo palo, no lo hará, para ver esto mejor sintonizar algún partido de la Premiere, y no es que esté mal que no lo haga, simplemente se aplica para el Barça lo anteriormente dicho a favor de los equipos de Mourinho: para gustos, colores.  Pero si es cierto la falta de recambio, dos de sus tres atacantes no convierten hace más de 10 partidos, y están bajos de forma, afrontar la recta final de la temporada, con los partidos más exigentes sin capacidad de gol es una ventaja muy grande para cualquier rival, rivales los cuales encuentran en su personal diferentes alternativas para un mismo puesto, añadiendo a esto que los motores de este equipo como son Xavi e Iniesta convergen en una cierta irregularidad de su nivel y, cuando logran alcanzar su singular precisión, no llegan a localizar ese salto de calidad diferencial,  todo esto hace que nos encontremos con un Barça que en su esencia es el mismo equipo pero que ya no mata como antes. Las comparaciones repelen siempre, pero encuentro cierta similitud entre el presente del Barça y Roger Federer, dos deportes diferentes sí, pero tal vez, las dos expresiones nunca vistas en cada caso, sus concepciones y estilos liricos que se plasmaron en resultados, los ubicaron en lo más grande de cada deporte, y sin conocer otro camino para llevar sus deportes adelante, se apagaran en su sintonía, siempre anteponiendo el cómo al producto final, haciendo del camino la recreación continua para el disfrute final, porque fue ahí donde encontraron la gloria, la cual, terminó siendo una consecuencia.
No se puede dar por muerto a un equipo como el Barça, pero sí está claro que deberá mejorar y buscar la manera de engatusar el juego del gato mayor, Mourinho ya sabía cómo reducir al Barcelona, la diferencia es que ahora lo pudo lograr con el Madrid, algo que hasta hace nada se le escurría, y de la final de copa (el torneo menos importante de los tres) el mayor de los premios fue la confianza que genera ganarle al eterno rival, que justamente es el que viene marcando la pauta del fútbol mundial hace ya 3 años, ¿Cuál es la ventaja del Barcelona? Tal vez sea la ironía de que en menos de una semana tendrá el desquite, pero la principal revancha será con su propia imagen, tendrá que auto demostrarse que pese a los obstáculos propios y extraños que se han establecido, su idea también conlleva el carácter de resucitar. 

viernes, 15 de abril de 2011

Sobre sueños y verdades


Mañana a las 22 hs de España comenzará a ser todo cierto, el Madrid hará de local en el primer enfrentamiento de este poker contra el Barça. Cuatro partidos, todos diferentes, pero ninguno ajeno al otro. La historia reciente y el presente de cada equipo también se harán sentir, el Barcelona ganó los últimos 5 clásicos, y el más reciente combate fue contra esta plantilla blanca, contra este dt y sus figuras, la recordada paliza por 5 a 0 en el Camp Nou, esto también pesará.  Seguramente el caudal de enfrentamientos hará que, a priori, se minimicen las revoluciones que estos partidos ocasionan, pero lo cierto es que de encontrarse el mismo vencedor en el primero y, sobre todo, en el de copa, los siguientes estarán sugestionados. 
El orden de partidos es de guión de cine,  el primero de ellos (siempre importante, pero tal vez menos trascendente) es el de la liga, la vuelta de aquella zurra  encuentra a un Barça con 8 puntos de ventaja sobre el Madrid, para los blancos será el último tren para pelear hasta el final una liga casi perdida antes de tiempo a causa de sus propias limitaciones. Para el equipo culé la posibilidad de condenar la competición a un tricampeonato, que no es poco, una victoria (hablar de empate sería una falta de respeto para estos partidos) haría que el Madrid admita tacharse la doble y jugarse todo en los próximos encuentros, justamente, contra el mismo rival.  Este cotejo se plantea más distendido que los siguientes, y aunque esta afirmación esconda cierto cinismo,  va  a servir para ir calentando motores.  Morinho probará como jugarle al Barça en el primer chico de los 4 capitales, se sabe, Guardiola y sus muchachos no variaran el concepto de su juego, siempre lo intentarán, lográndolo o no, la teoría (que últimamente se ve en su práctica) es la misma, juegue quien juegue y cualquiera fuera el rival, por esto Mourinho probará como llevar a cabo los enfrentamientos,  él si alterará si no da resultado, estratega como pocos, se plantean 4 partidos diferentes, en el que el primer round será, por estado de competición (para muchos, la liga es la más importante de las 3, ya que es la competición que da el nivel anual y un desafío semanal), será para medirse los golpes.
El 2do, la final de copa, se mostrará como el más emocionante de los 4, un solo partido a todo o nada, las emociones desbordarán a la incertidumbre resultadista que si puede esconder la UCL, y  la intensidad será total. el partido donde más se notará la importancia de marcar el primer gol, que en el fútbol, sobretodo en el de hoy, lo es todo.  

La probabilidad de que el Barça recupere a su fiera defensiva llamada Carles Puyol son bastante probables para el segundo encuentro, de no ser así, volverá Mascherano al 11 titular (suspendido para el primer encuentro por acumulación de amarillas) y casi con seguridad ocupara la demarcación de central como bien lo hizo en el partido contra el Almería y el Shakthar, es la primera opción de Guardiola para armar un equipo en una plantilla mucho más corta que la del Madrid, pero que cuenta con la ventaja de tener a los mejores en el centro del campo y al mejor de todos en el ataque. Aquí las diferencias de principio de temporada; el Madrid llega más entero físicamente a estos partidos, con una plantilla con más opciones de recambio en casi todos los puestos (todos tienen un suplente directo), Mourinho recuperó a Kaka y a Higuaín para el final de la temporada, a diferencia del Barça que perdió a Puyol (recuperándose, con posibilidades de volver) y a Abidal (este para el resto de la temporada) por diferentes lesiones, ambos jugadores, por más recambio o buenos desempeños que encuentre Pep en su plantilla son irremplazables. Está claro que estas bajas golpean mucho mas al Barcelona que lo que el Madrid pudo o puede sufrir por las de Kaka e Higuain. Puyol y Abidal, sobre todo este último, presentaban un nivel de lo mejor que se podía ver en esos puestos en los últimos años, la solidez, velocidad, y capacidad de juego de ambos hacen que el Barça sienta su ausencia. Aquí el punto a favor es para el Madrid, lo que está de lado del Barça es la homogeneidad de la idea y su aplicación, confianza a base de desempeños, con los mejores intérpretes, hechos para esto, a veces da la sensación de que el mejor equipo de la historia perecerá cuando lo hagan sus actuales jugadores.

Los siguientes dos partidos, los de Champions, exhibirán signos de agotamiento, desgaste y secuelas de los primeros dos encuentros, con lo que si ya es difícil vaticinar algún análisis sobre lo que puede llegar a pasar entre dos equipos con un presente donde las ventajas de uno son las distracciones del otro, ante tanta igualdad, los detalles decidirán. La UCL esconde el morbo del gol de visitante, de los partidos ida y vuelta, etc. Pero este año no habrá más trastorno que el de los cuatro enfrentamientos, los cuales se vuelven engañosamente más grandes que las competiciones donde se plasman, el error está ahí, creer que todo es ganarle al rival de toda la vida, cuando en realidad, la insolencia del destino hace que estos cruces  se los confunda como un fin, cuando el objetivo es otro, esto es tan sólo un paso más, otro ladrillo en la pared. 

Muchos creen que Morinho puede llegar a plantear unos partidos similares a los que su Inter hizo la temporada pasada contra el Barça,  al cual eliminó en semis de Champions, con mucha polémica de por medio. Lo dudo, este Madrid no es aquel Inter, no tiene el rodaje ni el estilo de jugadores para llevar a cabo esa empresa, sobre todo por lo impuesto por el equipo milanés en el partido de vuelta. El Madrid puede explotar mejor el contragolpe, más similar a lo que Mou hizo en el Chelsea, tiene la gente para hacerlo, el Madrid es muy veloz en la ofensiva con un juego directo, dependerá, una vez más, de lo que sean capaces de hacer sus centrocampistas, entregarle la pelota al Barcelona puede ser un método, pero si además del balón el Barça se hace con el juego, el equipo blanco no tendrá capacidad de reacción.  También es cierto que su Inter reinaba en el Calcio al desconocer rivales que le disputen los titulos en una liga devaluada, aquí la historia es otra, la institución con mas caché para armar el equipo que le apetezca vive ya hace unos cuantos años a la sombra del Barcelona, y por más trabajo psicológico que acarré convencimiento a base de motivación, es innegable que convivir con un equipo así semana tras semana y perder los últimos encuentros disputados contra el Barça, hacen que los jugadores del Madrid duden, porque si bien se teme a lo que se desconoce y aquí no hay extraños en este juego, lo cierto es que también existe el síndrome de inferioridad, el cual pueden llegar a tener los jugadores del Madrid dependiendo del resultado del primer y segundo partido, ya que son ellos los que perdieron las últimas dos ligas y 5 partidos contra su rival de mañana: el Fútbol Club Barcelona.  Veremos si siguen los mismos amos y esclavos.

El Barça hará su juego, el cual no se encuentra en su estado de gracia como hace 4 o 5 meses atrás, pero si solidez en los resultados y al  mejor jugador del mundo pletórico, Messi, sigue rompiendo records y llega como el líder de esta ideología, los otros puntos fuertes de este equipo son: Victor Valdés, el portero del Barça, como todos los grandes porteros, comienza a ser determinante en los encuentros decisivos, también Mascherano, capitán de la Selección Argentina que llegó para sumar y trabajar como uno más, se ganó un lugar  entre los 11 titulares, jugador multifacético que entiende el juego, y con un oficio defensivo de los pocos que hay en el fútbol actual, se enteró de cómo juega el equipo de Guardiola y Pep entendió que es un futbolista de esos que ganan campeonatos. Iniesta es otro que (y no estamos descubriendo nada) es fundamental en esta instancia, el manchego, ausente en la parte final de la temporada pasada, cumple hoy su función de generador, poniéndose el equipo al hombro en más de una ocasión, Iniesta se presenta como definitorio y definitivo, algo que a él se le da bastante bien. Alves es el otro punto alto, incombustible en ataque obliga a los rivales a retroceder, aunque sufre distracciones defensivas, su asociación continua con Messi lo transforma en indispensable, ellos dos pueden romper cualquier defensa si los caminos del protocolo principal se truncan. Alves el cual, según José María Del Nido es el único lateral derecho capaz de organizar el juego de un equipo, será fundamental para lo que el Barça pueda hacer, También lo será Xavi, Pique y Pedro, el primero buscando su nivel, el cual suele aparecer, y muy alto, en los partidos contra el Madrid; en el caso de Pique hablamos del pilar de la defensa, omnipresente en la zaga y fundamental en este equipo, a  Pedro se espera que vuelva a su nivel post lesión, será fundamental con sus diagonales, presión y asociaciones con Messi, Iniesta, Alves y Villa, con este último, buscarán reencontrarse con el gol en los partidos donde más se los necesita.

Mañana, a las 22 hs, comienza el final de este sueño quedando todavía la mejor parte de todas, y que, aunque se lo presente de otra manera, trasciende estos 4 partidos. Serán batallas muy igualadas, duras y llenas de emoción, sin duda, lo nunca visto, a disfrutarlas.





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jueves, 7 de abril de 2011

Oficio


No se puede obviar un resultado si es lo que termina condenando, tampoco sería fácil (o causaría estupidez) intentar explicar porqué el Barcelona anoche no jugó uno de esos grandes partidos a los que nos tiene malacostumbrados. Tener el propósito de dilucidar las razones cuando al final nos chocamos con un 5 a 1 a favor del equipo culé es, por lo menos,  complejo. Pero lo cierto es que, el Barça anoche, no presentó su mejor figura, demostró sí algo que debe aparecer en estos ruegos tan decisivos de los torneos, y es el oficio. El Fútbol Club Barcelona declaró sus pretensiones por campeonar, por si quedaban dudas; contra un rival muy pero muy bravo, tuvo eficacia en el remate y eficiencia en su juego, el cual, peca en otros partidos de ostentarlo con la perfección absoluta en su fabricación pero con falta de puntería en el desenlace.
Los encadenamientos de sucesos casuales (pero nunca causales) estuvieron también de lado del Barça anoche; marcar tan pronto, contra un rival que se sabía que iba a cerrarse muy bien atrás y salir de contra, fue un punto de inflexión importante. El Shakhtar  es un gran equipo, muy trabajado, que sabe lo que tiene que hacer en el campo de juego, cercan en defensa y explotan en ataque; brasileros rápidos, muy rápidos, con perfectas asociaciones,  El Barça ayer la pasó mal por momentos y dio la sensación, capaz que aquí radica el hecho no haber sido de esos partidos a los que el Barcelona acostumbra cuando marca 5 goles,  que el resultado a priori controlado no se llegaba a plasmar en el juego del equipo Culé, muy impreciso por momentos, propasado en ataque y distraído en defensa, ante el cuadro ucraniano que exigía concentración inmediata todo el tiempo.
Fue Messi tal vez el primero en percatarse de que se podía hacer algo más, buscando y entendiendo que el 1 a 0 era poca cosa, leía el juego entre las líneas de la defensa, poco arropado por Villa (que prácticamente no remató ni se llegó a activar) se encontró con Iniesta y Alves; el brasilero, de lo mejor del equipo en ataque,  golpeando el mentón del Shakhtar una y otra vez, así encontró el gol y asistió en otra ocasión a Xavi, pero sufriendo más de un lapsus defensivo, perdiendo pelotas las cuales hallaban a los rivales de cara a portería, ofreciendo pases pasados de revoluciones que caían en las botas de los bólidos del Shakthar.  Igual, sigue siendo un factor fundamental, otra de esas piedras angulares de este equipo, con Messi, Xavi, Valdez, Iniesta, Pique y Puyol; Alves, jugador que se le puede achacar carencias defensivas, jamás su faceta de atacante incansable, ni su condición omnipresente.

Ganó el Barça la ida de cuartos de final con el oficio que estas instancias requieren, un resultado que da mucha tranquilidad para la vuelta en Donetsk, pero que tendrá que solidificar el juego defensivo, timorato y demasiado expuesto por momentos. El partido de anoche dejó al equipo Culé de cara a las semifinales, lo que (salvo tragedia mayor, por cualquiera de las dos partes) hará que se cruce con su rival de toda la vida; el Real Madrid, rival con el cual, disputará 4 partidos en menos de 30 días (Liga, Final de Copa, y casi con seguridad, los dos de la Liga de Campeones),  serán eliminatorias muy abiertas en el resultado y seguramente cerradas en el juego, en las cuales creer que se puede vivir de rentas sentenciaría el error y la eliminación.  El Barça se obligará a volver a ser aquel equipo de finales, sólido en su juego, no en otro.
Entramos en los meses en los que la robustez física y mental que este deporte demanda comienza a pedir pista para alcanzar los objetivos de final de temporada. Razón que hasta el mejor equipo del mundo,  y uno de los más grandes de la historia, tiene bien aprendida, sabe que su juego lo distingue, pero que los resultados son los que sentencian.
 


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miércoles, 9 de marzo de 2011

Lo total


















No había motivos para volver a escribir, o si, pero entre tantos contratiempos, obligaciones y fascinaciones (ninguna efímera) a veces las ganas se distribuyen tanto que ciertas actividades quedan abocadas a un giro imprevisto pero esperado a la vez, de esos que se saben que llegarán, aunque uno no los aguarde. Así regresa el apetito qué marca un modo de ver el mundo, un lugar donde la pasión se cruza con algún tipo de análisis, el cual, muchas veces y por diferentes factores (casi todos ajenos) queda relegado a lo que realmente es, una opinión desdibujada de lo que termina pasando. Como toda previa, sólo se puede intentar pero no hacer; se llega a soñar pero no se despierta hasta que las cosas pasan; se estudia, pero no se rinde, más aún cuando la prueba nos ubica como un espectador más. Análisis, cuando llega temprano, peca de futurista apurado, cuando aparece luego de que todo haya concluido, se trata de un repaso detallado del resultado ya puesto. Así y todo, es la excusa para volver a redactar unas breves líneas sobre una gran pasión llamada fútbol. Con lo que, por aquí estamos de nuevo.

Ayer se presenció uno de esos partidos que cuando los años se amontonen y pasen un par de décadas, se seguirán recordando, se volverá a vivir en algún canal de televisión como algo mítico, es que el cruce de octavos prometía mucho entre el Barcelona y el Arsenal, dos estilos de juego basados en la misma visión de éste deporte: el buen trato de la pelota. Pasó el partido de ida, el cual, giró sobre el final a favor del equipo inglés, dos tantos en 6 minutos pusieron la eliminatoria de su lado. Todos sabían, propios y extraños, que el 2 a 1 favorecía a los de Wegner, la matemática no miente en estas cosas, aunque tampoco podía sentenciar, porqué era la misma Ciencia lógico-deductiva la que hablaba de que aún quedaban 90 minutos en el Camp Nou, y nada se podía dar por cerrado.
Dicen, los conocedores de la historia del Barça, que es un equipo dramático, sufrido, marcado a fuego por un par de finales de Copa de Europa perdidas, la que hizo meya fue la del 1961-62, la cual cayó 3 a 2 con el Benfica. Por momentos, el partido de ayer recordó a aquella loca final, también, por momentos, recordó al no tan antiguo partido de semis de Liga de Campeones de la temporada pasada frente al Inter, ya que el Arsenal, decidido a no jugarlo, se refugió (no tan atrás como el equipo italiano) pero si despreciando la pelota, raro, realmente extraño para un equipo de Wenger, para este Arsenal.
Hay algo que no se suele pensar a primeras,  se trata de la capacidad del equipo de Guardiola para borrar a los rivales, para monopolizar la pelota (rematando o no tanto al arco rival), el posicionamiento perfecto que hace que nadie tenga que correr más de 10 metros y que así y todo la presión sobre el rival sea de una intensidad que hace que el contrario no le quede otro recurso que apurar sus decisiones, y, en la mayoría de los casos, fallar.

Ayer el partido fue un episodio tan épico como innecesario, entendible, si, el rival del Barça era de lo mejor que hay en Europa, de esos que exigen hasta no jugando, y además debía sobreponerse a un resultado adverso, el Barça necesitaba demostrarse que podía. Innecesario porque su monopolio del balón, y la capacidad de generar fútbol no se proyectaba de la misma manera de cara a la portería rival; cuando comenzó a rematar al arco de Almunia, lo hacían con la ansiedad que suele regar estos partidos determinantes. Muy pocos logran abstraerse de semejante marco, de esos instantes más afines a un pandemónium que a un partido de fútbol, esos pocos se suelen llamar Messi, Iniesta o Xavi, autores y creadores, además ejecutores, de obras maestras, como la del 1er gol de ayer, una asistencia a contra piernas y tiempo, solo captada por el único capaz de codificar cualquier acción posible: Lionel Messi, supo del pase de Andrés, como también percibió la velocidad de la jugada y de cómo el arquero del Arsenal saldría achicar el espacio, acto seguido: se enajenó, concluyendo una perla más de colección, desatando el éxtasis total.

Las fatalidades ayer no tenían su día ante la usina futbolística del Barcelona, por esto cuando el desafortunado cabezazo de Busquets ingresó en el arco de Valdez y congeló 90 mil almas, la fe (y no la esperanza) tomó las riendas del equipo, la cual también supo interpretar que el camino seguía siendo el mismo. Por esto llegó la 2da obra de arte de la noche, la de Xavi, Iniesta, Villa y Xavi, jugada colectiva en velocidad, rotaciones, paredes y definición a un palo, Fútbol Club Barcelona en estado puro, porque si este equipo tiene el drama por dentro, también tiene unos pilares de juego que es la pureza de este deporte, siempre bien jugado, o por lo menos intentando que esto suceda.
Destacar la participación de Mascherano en el partido de anoche, un tipo que conoce muy bien esto de jugar finales, está hecho para estos partidos, omnipresente en el centro del campo y decisivo en esas jugadas donde a más de uno se le entumecen las piernas o sienten cierto abultamiento en la garganta, imposible de tragar. Luego de tanto fallar el 4to gol, una jugada aislada por un desacierto de Adriano (de buen partido) que pudo significar el 2 – 3 y clasificación del Arsenal, Mascherano corrió 20 metros hacia atrás, intuyó el envite y forzó más allá del límite para salvar al equipo; salió lesionado, si, una de las pocas magulladuras que valen la pena, más para un jugador comprometido como es este, de los que también ganan campeonatos.

El otro jugador que ya no baja de su nivel es Abidal, preso de la perfección y de un estado de gracia único. Ayer otra vez determinante y sólido, verlo jugar da esa sensación de estar delante de un jugador con físico de un hombre de 25 años pero que juega hace 5 décadas, da la impresión de haber inventado este deporte.
Justicia, la cual, en el fútbol no abunda a corto plazo, pero que si se entiende en un periodo más extenso; fue la que ocurrió ayer en el Camp Nou y en la eliminatoria. Llegarán los cuartos, pero esa será otra página en la siempre difícil Liga de Campeones, veremos quien toca, lo que si es seguro es que este equipo, devoto de una idea, lo volverá a intentar.

Como espectador pasional de encuentros como el de ayer, me resulta llamativo como el fútbol respira constantemente en un entusiasmo inédito y decisivo, ¿Cuántas veces vivimos partidos como el del martes? Sufridos, únicos, eufóricos, es lo increíble de este juego, otra razón que lo hace impar de lado del resto de los deportes,  por esto de que hasta lo conocido, lo ya experimentado, parece un descubrimiento.



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