viernes, 22 de abril de 2011

Las fronteras de una idea


Cuando llegó el pitido final se plasmó lo sospechado, Mourinho había encontrado la manera de sitiar, inmovilizar y desbaratar el juego del Barcelona, una vez más un equipo dirigido por el portugués lograba apoderarse del verbo en el juego, relegando al equipo culé al adjetivo.
Estratega como pocos, los equipos de Mourinho saben fortalecerse desde las debilidades del rival, y machacan sus riñones como si de un boxeador se tratara, a diferencia del partido del sábado el Real Madrid se paró 20 metros más adelantado en el campo de juego intentando cortar de cuajo la salida primero y el juego entre líneas después; desnaturalizar la circulación de la pelota del Barça, y vaya si lo logró, tanto, que en los primeros cuarenta y cinco minutos pudimos ver a un Madrid lanzado hacia delante, malogrando situaciones de claro peligro y reduciendo al Barça a un síntoma de sus propias limitaciones.
Se sabe, en el fútbol como en cualquier hecho de la vida, es más fácil destruir que crear, desde este concepto estallan los equipos de Mourinho, resultadista por antonomasia, conoce sus puntos fuertes y bloquea al rival para luego lo dicho; explotar en ataque, con un juego directo, con jugadores armonizados tanto para una cosa como para otra. Dos líneas de 4 muy pegadas donde el primer punta es el primero que presiona en la salida y los posibles receptores son aislados por diferentes marcadores, desmarcándose un jugador para obtener el balón, este, siempre tendrá otro perro de presa encima y, de lograr girarse, se suelta un jugador del sistema de los medios defensivos para oprimir y despojar el juego; las ayudas son todos sus jugadores. Acto seguido, perdida de pelota del rival y posesión, la cual es tan efímera como eficaz; con tres toques o pases de balón ya se genera una situación de peligro, teniendo en cuenta que frente hay un rival adelantado, que defiende casi en la línea del mediocampo, como un vendaval imprime vértigo en cada ataque.
Así fue la primera parte de la final de copa, en el segundo tiempo el partido cambió, el Barça sabía que había salido vivo y que se debía a si mismo hacer algo más, con lo que comenzaron a aparecer los diferentes autores de su juego, con Messi e Iniesta como abanderados de la rebelión, y comenzaron a llegar las situaciones, siempre incomodas y difíciles de resolver contra un rival tan ordenado en lo que se basa su juego. Arriesgando en atacar y no defender, el Barça apostó, y tuvo varias ocasiones para marcar, como el Madrid en la primera parte, malogró sus situaciones, pero a diferencia de este, comenzaba a monopolizar el juego, la esencia de este equipo, podrá ganar, perder o empatar, pero siempre lo hará en su ley,  es cierto, el cómo es subjetivo, mientras que no se salga del reglamento cualquier sistema es válido.  El Madrid sintió el desgaste, para lograr su planteo fundamentado en la creación de un muro que custodia y auxilia la carrera que obliga a pasar la mayor parte del tiempo detrás de la pelota, se requiere un estado físico descomunal, y tras el desgaste (también psicológico) los espacios se generan, ese fue el momento del Barça, el cual no pudo rematar, y luego en la prórroga, aunque ya en el partido hubiera pasado lo mismo, el que se equivocaba perdía, y se equivocó el Barça.
El merito del Madrid fue poder igualar con su propio engranaje el juego del Barça, busco otros caminos basándose en el pragmatismo de anular y atacar; para gustos, colores.  El déficit del Barcelona es lo ya expuesto otras veces, da la sensación que para abrir la puerta y salir a jugar su juego hay que estar exuberante, cada día me convenzo más que la mejor expresión de lo que es el mejor equipo de la historia (como idea e implementación) se irá con estos jugadores, con su base, y que cuando estos no encuentren su nivel tampoco podrá implementarse. Es cierto, nadie es irremplazable, pero si tal vez en la idea, la propiedad podrá estar siempre, con estos u otros nombres, pero la representación idílica no se alcanzará.  Para jugar el fútbol que propone el Barcelona se requiere concentración y preparación total, ser parte de una sola manera de competir. Es cierto que, a diferencia de otros años, este equipo encuentra en su sistema defensivo una solidez pocas veces antes lograda, en un equipo que ataca continuamente los espacios y distracciones pueden pagarse muy caros, sumando las continuas bajas que sufre el equipo culé de mitad de campo hacia atrás, podría resentirse mucho más y es algo que no ocurre, los jugadores con mejor presente se encuentran hoy mismo en la defensa, Adriano (lesionado, que se pierde el resto de temporada) y Mascherano (comodín del primer mundo) son la realidad de este alto nivel defensivo, con Pique como káiser y emblema de la zaga, pero el Barça se diluye en ataque, todo queda reducido a lo que Messi pueda llegar a hacer. Pelota contra el piso que va y viene, las internadas de Alves,  las diagonales y pases quirúrgicos de Iniesta y Xavi, no encuentran desenlace si no es con Messi, Pedro vuelve de una lesión y su desgaste en las ayudas para presionar lo dejan sin resto para saber resolver en ataque, Villa pasó de errar los goles a la entelequia, su sombra lo eclipsó, desconozco si es una cuestión de confianza, pero es un jugador aislado, no participante en el equipo donde todos participan.  Las consecuencias de este ataque raquítico hacen que el juego omnipresente del Barcelona se vuelva obsoleto, ante equipos que tan bien se cierran atrás, que hacen perfectamente las coberturas y cortan su juego entre líneas, su ataque se aminora a la expresión del mejor jugador del mundo. Con estas flaquezas se notan otras, una plantilla enana, el Barça no tiene recambio de jugadores en ataque, son los que entran al campo de juego, no hay más, más aún con Bojan lesionado, el cual ya era bastante poco para un equipo que pelea hasta el final los títulos más importantes de la temporada. Que carezca de plan B es discutible porque capaz que no lo necesite, su plan A enfrasca diversas formas de llegar al mismo fin, con las características de su naturaleza nunca tirarán un pelotazo de 40 metros a un nueve para que pivoté o peine la pelota al segundo palo, no lo hará, para ver esto mejor sintonizar algún partido de la Premiere, y no es que esté mal que no lo haga, simplemente se aplica para el Barça lo anteriormente dicho a favor de los equipos de Mourinho: para gustos, colores.  Pero si es cierto la falta de recambio, dos de sus tres atacantes no convierten hace más de 10 partidos, y están bajos de forma, afrontar la recta final de la temporada, con los partidos más exigentes sin capacidad de gol es una ventaja muy grande para cualquier rival, rivales los cuales encuentran en su personal diferentes alternativas para un mismo puesto, añadiendo a esto que los motores de este equipo como son Xavi e Iniesta convergen en una cierta irregularidad de su nivel y, cuando logran alcanzar su singular precisión, no llegan a localizar ese salto de calidad diferencial,  todo esto hace que nos encontremos con un Barça que en su esencia es el mismo equipo pero que ya no mata como antes. Las comparaciones repelen siempre, pero encuentro cierta similitud entre el presente del Barça y Roger Federer, dos deportes diferentes sí, pero tal vez, las dos expresiones nunca vistas en cada caso, sus concepciones y estilos liricos que se plasmaron en resultados, los ubicaron en lo más grande de cada deporte, y sin conocer otro camino para llevar sus deportes adelante, se apagaran en su sintonía, siempre anteponiendo el cómo al producto final, haciendo del camino la recreación continua para el disfrute final, porque fue ahí donde encontraron la gloria, la cual, terminó siendo una consecuencia.
No se puede dar por muerto a un equipo como el Barça, pero sí está claro que deberá mejorar y buscar la manera de engatusar el juego del gato mayor, Mourinho ya sabía cómo reducir al Barcelona, la diferencia es que ahora lo pudo lograr con el Madrid, algo que hasta hace nada se le escurría, y de la final de copa (el torneo menos importante de los tres) el mayor de los premios fue la confianza que genera ganarle al eterno rival, que justamente es el que viene marcando la pauta del fútbol mundial hace ya 3 años, ¿Cuál es la ventaja del Barcelona? Tal vez sea la ironía de que en menos de una semana tendrá el desquite, pero la principal revancha será con su propia imagen, tendrá que auto demostrarse que pese a los obstáculos propios y extraños que se han establecido, su idea también conlleva el carácter de resucitar. 

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